V.- Más de Lulú
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Algunos días de fiesta, por la tarde, Andrés acompañó a Lulú y a su madre a dar un paseo por el Retiro o por el Jardín Botánico. El Botánico le gustaba más a Lulú por ser más popular y estar cerca de su casa, y por aquel olor acre que daban los viejos mirtos de las avenidas.
—Porque es usted, le dejo que acompañe a Lulú —decía doña Leonarda con cierto retintín.
—Bueno, bueno, mamá —replicaba Lulú—. Todo eso está de más.
En el Botánico se sentaban en algún banco y charlaban. Lulú contaba su vida y sus
impresiones, sobre todo de la niñez. Los recuerdos de la infancia estaban muy grabados en su imaginación.
SOMETIMES, holiday afternoons, Andres would accompany
Lulu and her mother for a walk in the Retiro
Park or in the Botanical Gardens.
Lulu liked the Botanical Gardens best because of their
popular character, because they were near her house,
and because of the acrid scent of old myrtle bushes in
the walks there.
"I allow you to go for a walk with Lulu," Dofia
Leonarda would say with an emphatic air.
"All right, mother," Lulu would answer. "All that's
quite unnecessary."
In the Botanical Gardens they would sit on a bench
and talk. Lulu spoke of her life and impressions, especially
those of her childhood. The memories of her infancy
were deeply imprinted on her imagination.
—¡Me da una pena pensar en cuando era chica! —decía.
—¿Por qué? ¿Vivía usted bien? —le preguntaba Hurtado.
—No, no; pero me da mucha pena.
Contaba Lulú que de niña la pegaban para que no comiera el yeso de las paredes y los periódicos. En aquella época había tenido jaquecas, ataques de nervios; pero ya hacía mucho tiempo que no padecía ningún trastorno. Eso sí, era un poco desigual; tan pronto se sentía capaz de estar derecha una barbaridad de tiempo, como se encontraba tan cansada, que el menor esfuerzo la rendía.
Esta desigualdad orgánica se reflejaba en su manera de ser espiritual y material.
Lulú era muy arbitraria; ponía sus antipatías y sus simpatías sin razón alguna. No le gustaba comer con orden, ni quería alimentos calientes; sólo le apetecían cosas frías, picantes, con vinagre, escabeche, naranjas...
"It makes me sad to think of my girlhood," she would
say.
"Why?" asked Hurtado. "Was your life a pleasant
one then?"
"No, no; hut it makes me very sad." She said that
as a child she used to he beaten for eating plaster on
the walls and newspapers. At that time she had headaches
and nervous attacks; but it was now a long time
since she had suffered anything of the kind. Not that she
was always the same; sometimes she felt capable of being
on her feet for a tremendously long time; sometimes the
slightest effort exhausted her.
This organic variableness had its spiritual and material
aspects. Lulu was very arbitrary, her likes and
dislikes were quite unreasoning.
She did not care for a regular meal or for hot food;
it must be cold, highly flavoured, with vinegar, pickles,
oranges---
—¡Ah! si yo fuera de su familia, eso no se lo consentiría a usted —le decía Andrés.
—¿No?
—No.
—Pues diga usted que es mi primo.
—Usted ríase —contestaba Andrés—, pero yo la metería en cintura.
—¡Ay, ay, ay, que me estoy mareando! —contestaba ella, cantando descaradamente.
Andrés Hurtado trataba a pocas mujeres; si hubiese conocido más y podido comparar, hubiera llegado a sentir estimación por Lulú. En el fondo de su falta de ilusión y de moral, al menos de moral corriente, tenía esta muchacha una idea muy humana y muy noble de las cosas. A ella no le parecían mal el
adulterio, ni los vicios, ni las mayores enormidades; lo que le molestaba era la doblez, la hipocresía, la mala fe. Sentía un gran deseo de lealtad.
"Ah, if I belonged to your family, I should forbid
that," said Andres.
"You would?"
"Certain I y."
"Then consider yourself my cousin."
"Oh, you may laugh, but I would keep you in order."
"Oh, oh, oh, my head is turning round," she answered,
singing the words insolently.
Andres Hurtado knew few women; had he known more
and been able to compare, he would have felt respect for
Lulu.
Underlying her lack of illusions and of morality, at
least of the current morality, this girl had a very human
and noble idea of things. She did not object to
adultery or the worst crimes and vices; what she hated
was dissimulation, hypocrisy and bad faith. Loyalty
meant a great deal to her.
Decía que si un hombre la pretendía, y ella viera que la quería de verdad, se iría con él, fuera rico o pobre, soltero o casado. Tal afirmación parecía una monstruosidad, una indecencia a Niní y a doña Leonarda. Lulú no aceptaba derechos ni prácticas sociales.
—Cada cual debe hacer lo que quiera —decía. El desenfado inicial de su vida le daba un valor para opinar muy grande.
—¿De veras se iría usted con un hombre? —le preguntaba Andrés.
—Si me quería de verdad, ¡ya lo creo! Aunque me pegara después.
—¿Sin casarse?
—Sin casarme; ¿por qué no? Si vivía dos o tres años con ilusión y con entusiasmo,
pues eso no me lo quitaba nadie.
—¿Y luego?...
—Luego seguiría trabajando como ahora, o me envenenaría.
Esta tendencia al final trágico era muy frecuente en Lulú; sin duda le atraía la idea de acabar, y de acabar de una manera melodramática.
Decía que no le gustaría llegar a vieja.
En su franqueza extraordinaria, hablaba con cinismo.
She said that if a man courted her and she saw that
he really loved her, she would go with him whether he
were rich or poor, single or married.
Such a statement seemed indecent and monstrous to
Dona Leonarda and Nini. Lulu did not recognize social
rights and customs.
"Each must do as he wishes," she said.
Her precocious childhood had developed in her strong
ideas.
"You would really go with a man?" asked Andres.
"Certainly, if he really loved me-even if afterwards
he took to beating me."
"Without marrying him?"
"Without marrying him. Why not? If I had two or
three years of illusion and enthusiasm I should have
had my day."
"And afterwards?"
"I would go on working as I do now, or I would poison
myself."
This tendency towards a tragic end was frequent in
Lulu; the idea of ending, and ending melodramatically,
attracted her. She said she would not like to live to be
an old woman.
She spoke cynically, with her extraordinary frankness.
One day she said to Andres:
—Ya ve usted: hace unos años estuve a punto de perder la honra, como decimos las mujeres.
—¿Por qué? —preguntó Andrés, asombrado, al oír esta revelación.
—Porque un bestia de la vecindad quiso forzarme. Yo tenía doce años. Y gracias
que llevaba pantalones y empecé a chillar; si no... estaría deshonrada —añadió con voz campanuda.
—Parece que la idea no le espanta a usted mucho.
—Para una mujer que no es guapa, como yo, y que tiene que estar siempre trabajando, como yo, la cosa no tiene gran importancia.
¿Qué había de verdad en esta manía de sinceridad y de análisis de Lulú? —se preguntaba Andrés—.
¿Era espontánea, era sentida, o había algo de ostentación para parecer original? Difícil era averiguarlo.
Algunos sábados por la noche, Julio y Andrés convidaban a Lulú, a Niní y a su madre a ir a algún teatro, y después entraban en un café.
"You know, a few years ago I nearly lost my honour,
as we women term it."
"How so?" asked Andres, astounded to receive such a
revelation.
"Why, a brute of a neighbour assaulted me when I was
twelve, and if I hadn't resisted and called out, I should
he dishonoured," she added grandiloquently.
"It seems that the idea doesn't greatly terrify you."
"Why, for a woman like me without good looks and
constantly at work it is not a matter of great importance."
How much truth was there in Lulu's mania for sincerity
and analysis, Andres would ask himself. Was it
spontaneous and sincere or was there an element of
ostentation, to appear original? It was difficult to say.
Sometimes of a Saturday night Julio and Andres would
invite Nini, Lulu and their mother to go to a play, and
afterwards they would all go to a cafe